La Kimpira es un plato tradicional japonés que combina un tipo de cocción concreto con un tipo de corte de los ingredientes específico. Básicamente es una cocción que consiste en hacer un salteado largo con las verduras usando aceite de sésamo, un poco de agua y un poco de salsa de soja. Lo más común es usar raíces para este plato, concretamente raíz de bardana y zanahoria, pero las variaciones que se pueden hacer son muchas. Se pueden usar otros tipos de raíces (nabo, cebolla, etc.), verduras redondas como la calabaza o añadir proteína vegetal como tofu, tempeh o seitán. Las posibilidades son muchísimas, solo hay que poner a trabajar la imaginación y ver qué es lo que tenemos en nuestra cocina en ese momento.
En cuanto al tipo de corte, lo que caracteriza a este plato es que cortamos las verduras (o los ingredientes a usar) en tipo cerilla, es decir, el tipo juliana de toda la vida, como palitos finos y delgados. En el plato tradicional japonés usan algún edulcorante tipo mirin (una especie de vino de arroz dulce) o azúcar, pero yo no tengo intención de usar azúcar para cocinar y, además, no creo que sea necesario ya que el mismo tipo de cocción hace que ya de por si este plato tenga un sabor dulzón.
Este es un plato típico del otoño y sobre todo del invierno, cuándo las raíces son el producto que mas abunda en la naturaleza, debido al frío que hace fuera. Obviamente esto depende del lugar del mundo en el que estemos y de la climatología, pero en general, las raíces siempre han sido las estrellas de las épocas frías. Yo siempre recuerdo todas las raíces que descubrí viviendo en Suecia. En pleno invierno seguía el mercado de los agricultores, con todos los abuelitos en su silla a 10 grados bajo cero, pero claro, lo que había para comprar eran fundamentalmente raíces. Allí descubrí cantidad de raíces que no conocía y me di cuenta de lo versátiles que eran y que, por cierto, estaban exquisitas.
Este plato es maravilloso. Como comentaba al principio, las posibilidades de combinaciones que se pueden crear son muchísimas y al gusto de cada un@. Es un plato que he llevado muchas veces a la oficina y que a mis compis les encanta. Se puede cocinar y dejar preparado para unos días, así que es muy útil y versátil para poder comer algo sano y nutritivo cuando vamos con prisa. Anímate y pruébalo, seguro que te va a encantar.
Tiempo de preparación: cortar las verduras 10 minutos, cocerlas 25-30 minutos, así que tiempo total son unos 40 minutos.
Ingredientes (para 4 platos):
- 2 zanahorias
- 4 nabos
- 1 chorro de aceite de sésamo
- ½ vaso de agua
- 1 sal marina sin refinar
- 1 chorrito de salsa de soja
Utensilios:
- Cuchillo y tabla para cortar
- Cuchara de madera
- Sartén y su tapa
Preparación:
- Cortamos las verduras tipo cerilla y reservamos.
- Ponemos la sartén a calentar y, cuándo esté bien caliente, añadimos el aceite de sésamo.
- Acto seguido, añadimos las verduras en capas, primero una y luego la otra.
- Añadimos un poco de sal y el medio vaso de agua.
- Dejamos un par de minutos y en cuánto el agua hierva, bajamos el fuego al mínimo para que se cocine lentamente.
- Tapamos y dejamos así durante unos 20-25 minutos.
- Añadimos el chorrito de salsa de soja, rectificamos de sal y mezclamos todo bien.
- Dejamos cocinar unos minutos más y ya está listo para servir.
Cosas a tener en cuenta:
- Además de todos los ingredientes comentados, puedes añadir algas a esta receta como wakame, arame, etc.
- En la receta original se usa el aceite de sésamo, pero por supuesto no es imprescindible, puede usarse el de oliva, girasol o el que tengamos en nuestra casa.
- Para emplatar se pueden añadir unas semillas tostadas de sésamo o calabaza, que dan un toque crujiente y además hacen más bonito el plato con el contraste del color.
Un plato muy sabroso.
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Muy original, sencillo y muy bueno, por supuesto sano
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Y está riquísimo! 🙂
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